Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Maestría en Lectura y Escritura
Curso: Fundamentos Pedagógicos de la Lectura y la Escritura
Profesora: Angélica Silva
Autor: Manuel Hernández
Cohorte 2006-II
Resumen Comentado
Bibliografía:
Lerner, D (1994) Capacitación en Servicio y cambio en la propuesta didáctica vigente. Lectura y Vida, 15 (3), 33- 54.
Vocabulario especializado, conceptos y temas de interés tratados:
1. Innovacionismo: Término empleado por la autora para referirse a las novedades del sistema educativo carentes de fundamento científico y que se presentan como modas ante la rutina repetitiva que embarga a la escuela.
2. Transposición didáctica: Abismo existente entre la práctica escolar y la práctica social, tanto en la enseñanza de la lectura y escritura como en otras ramas del saber.
3. Contrato didáctico: Reglas que regulan las relaciones entre docentes y alumnos respecto al saber. (Brousseau, G)
4. Jerarquización social: Se refiere a la posición social que ocupa el docente, u otro profesional.
5. Conocimiento didáctico: Fundamento pedagógico que orienta el quehacer profesional del docente. Bases teóricas sobre las que se “desplaza” su trabajo.
Resumen:
La autora en su artículo, “Capacitación en Servicio y cambio en la Propuesta Didáctica Vigente”, propone como tema central el desafío que debe plantearse el sistema educativo actual, para la formación de usuarios con competencias para el uso de la lengua escrita. Para la investigadora, lograr que la escritura deje de ser un objeto de enseñanza para convertirse realmente en un objeto de enseñanza, implica cambios profundos si tres fenómenos que obstaculizan el funcionamiento del sistema escolar son estudiados: (a) el innovacionismo, (b) la transposición didáctica y (c) el contrato didáctico. En este sentido, la autora señala la necesidad de replantear las bases de la formación docente y promover la jerarquización social de su función, ya que la capacitación en servicio, “si bien es un factor de gran ayuda para los docentes en ejercicio, no es condición suficiente para producir los cambios que amerita la enseñanza de la lectura y la escritura” (p. 41). De igual forma, la investigadora asegura que la organización institucional y el currículo también requieren de una revisión profunda, a fin de implementar los cambios pertinentes y necesarios. Finalmente, asevera que el Estado debe poner especial énfasis en la formación de docentes lectores y productores de textos y tomar en consideración el conocimiento didáctico como eje de formación, pues éste último proporcionará el fundamento pedagógico sobre el cual se orienta la actuación de los profesionales de la docencia.
Comentario Crítico:
La lectura y revisión del artículo de la investigadora argentina me llevó a plantearme las siguientes interrogantes: ¿Tiene pertinencia y vigencia este artículo a pesar de que fue escrito hace más de una década? ¿La propuesta de Lerner representa una utopía o un detonante que pudiera generar un verdadero y profundo cambio en los sistemas de enseñanza de nuestros países?
Capacitación en servicio y cambio en la propuesta didáctica vigente, es un artículo que posee total y absoluta vigencia, debido a que en él se plantea la imperiosa necesidad de impulsar un profundo cambio en el sistema educativo de los pueblos de América Latina, sobre todo en aquellos aspectos referidos a la enseñanza de la lectura y la escritura. Para hacer posible estos cambios no cabe duda de que sin el aporte de todos los actores del quehacer educativo (padres, alumnos maestros, investigadores, el Estado,…) como bien señala la autora es imposible activar los mecanismos necesarios, para hacer de ese ideal una realidad. En este sentido, considero que la vigencia del mencionado artículo se fundamenta en los pocos avances que la educación, a lo largo del tiempo, ha mostrado: la escuela sigue siendo una institución tradicional.
Ahora bien, en relación con si la propuesta de Lerner representa una utopía o un detonante que pudiera generar un verdadero y profundo cambio en los sistemas de enseñanza de nuestros países, esta interrogante tiene para mi dos posibles respuestas. La primera, es afirmar que las ideas expresadas por la investigadora son parte de un proyecto imposible de alcanzar, debido a lo difícil que resulta generar estos cambios a nivel macro. Esta respuesta es la más fácil de expresar y no requiere de mucho esfuerzo, pues basta con describir la situación actual del sistema y esgrimir las causas principales de su mal funcionamiento. Esta respuesta pudiera ser asumida por aquellos actores del quehacer educativo; esos quienes consideren que no hace falta proponer cambios tan poco factibles de aplicar.
Por su parte, la segunda posible respuesta, y con la que coincido como docente en ejercicio, pudiera ser realizar cada quien desde el papel que le toca jugar, una profunda reflexión acerca de cuáles han sido sus aportes al funcionamiento del sistema escolar. Creo que es momento de que cada uno de nosotros (maestros, alumnos, directivos, Estado, comunidad,…) asuma la cuota de responsabilidad que le corresponde. En otras palabras, es momento de ocuparnos, no de preocuparnos. Seguir una respuesta como ésta representa el camino más largo de la carrera, ya que implica un alto grado de entrega, dedicación y responsabilidad de todos los sectores que dan vida al hecho educativo. Tendríamos pues, que comenzar por cuestionar lo que hemos hecho hasta ahora, debido a que la realidad nos dice que como institución no estamos cumpliendo el trabajo que la sociedad nos ha encomendado sobre la formación de sujetos críticos y lectores y escritores autónomos.
Finalmente, pienso que, si de verdad queremos cambiar la propuesta didáctica vigente, debemos comenzar por: hacer de nuestras aulas verdaderos espacios para la democracia donde la palabra, oral o escrita, del alumno, sea realmente tomada en cuenta. El aula de clases debe convertirse en un “laboratorio” donde se genere y se evalúe conocimiento científico que permita al docente orientar su actuación profesional. El aula debe ser un lugar donde se estudie y se aprenda de la realidad que nos rodea y, el aula, por el contrario, no debe ser un lugar donde se pregunten conocimientos encapsulados y prefabricados como el que a menudo conseguimos en las enciclopedias temáticas. Ello será posible sólo cuando todos y cada unos de los que hacemos vida en el sistema escolar mancomunemos esfuerzos y voluntades. La tarea pudiera ser difícil, incluso hasta imposible, ante lo cual tenemos dos opciones: (a) dejar las cosas como están o, desde nuestro radio de acción, (b) impulsar el tan esperado cambio de la enseñanza de la lectura y la escritura que exige nuestra sociedad.